viernes, 25 de enero de 2013

Elogio de la ficción


Cada vez que salía del mundo de la ficción, y últimamente notaba que se acentuaba en él una peligrosa resistencia a abandonarlo, sentía extraña, gris y monótona la realidad en que transcurrían sus días.

Alguna vez se le había pasado por la imaginación la peregrina idea de romper amarras y quedarse instalado en ese universo paralelo, pero pronto los ineludibles quehaceres cotidianos imponían su áspera dictadura de mediocridad y el sueño se diluía como la espuma de las olas se disuelve en el agua.

Así que acabó por resignarse y aceptar, sin rencores inútiles, que no tenía solución ese conflicto, que no había salida en ese laberinto de contradicción. Con todo, nada le impidió seguir pensando que la ficción es el refugio contra la adversidad del tiempo, el espejo donde se refleja lo que la realidad oculta, la vida imaginada que ampara nuestros sueños.

1 comentario:

Rafael Hidalgo dijo...

¿Y si hubiera un cierto entrecruzamiento? ¿Y si el mundo imaginado se nutriera del percibido, y la percepción estuviera ordenada por la imaginación?